
Si no vivimos mirando e imitando a Cristo, nuestro cristianismo no reflejará la luz que estamos llamados a irradiar. Nuestro seguimiento de Cristo debe testimoniar e iluminar el distintivo del amor mutuo, como ley única que Jesús ha establecido entre nosotros: “Así como yo os amo, debéis también amaros los unos a los otros. Si os amáis los unos a los otros, todo el mundo conocerá que sois mis discípulos”.
MIRAR E IMITAR A CRISTO — Aventurar la vida
El interés por Jesús y su Evangelio será real si nuestra vida es coherente, si la gente ve en nosotros fiables testigos del amor y la justicia, la paz y la libertad . . .
Leave a Reply